Quito, marzo 2025.- La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que trae consigo cambios hormonales que pueden afectar la salud ósea, muscular y emocional. Ante estos desafíos, la práctica de ejercicios como el pilates se presenta como una alternativa eficaz para mejorar la calidad de vida y el bienestar integral en esta fase.
Según especialistas en salud y nutrición, la disminución de estrógenos durante la menopausia puede generar pérdida de masa ósea, aumento del riesgo de osteoporosis, debilitamiento muscular y alteraciones en el estado de ánimo. En este contexto, el pilates, una disciplina que combina fuerza, flexibilidad y control postural, ofrece múltiples beneficios para contrarrestar estos efectos.
“La práctica regular de pilates contribuye a fortalecer los músculos, mejorar la postura y aumentar la densidad ósea, factores fundamentales para prevenir caídas y fracturas en esta etapa de la vida”, explica Susana Sánchez, especialista en Pilates Reformer. Además, este método fomenta la movilidad articular, mejora la coordinación y reduce la rigidez, lo que ayuda a mantener una mejor calidad de movimiento con el paso del tiempo.
Entre las principales ventajas que ofrece el pilates en esta etapa de la vida se encuentran:
- Mejora el estado de ánimo.
- Contribuye al control del peso.
- Ayuda a recuperar la masa muscular.
- Alivia el estrés y la ansiedad.
- Estimula la regeneración de colágeno en músculos y huesos.
- Favorece la actividad cardiovascular.
- Mejora la postura, lo que puede reducir dolores musculares y óseos.
- Fortalece el suelo pélvico, contribuyendo a la prevención y mejora de alteraciones vaginales, uterinas o de esfínteres.
- Estudios demuestran que realizar al menos dos sesiones de pilates por semana ayuda a aumentar la masa muscular, prevenir la osteoporosis y, en caso de padecerla, a controlarla y mejorarla.
El pilates reformer es un método enfocado en la corrección postural, inicialmente desarrollado por Joseph Pilates como un medio de rehabilitación. Se trata de un conjunto de ejercicios sin impacto diseñados para mejorar la alineación y el equilibrio del cuerpo, además de fortalecer los músculos, aumentar la flexibilidad y mejorar la movilidad articular sin riesgo de lesiones.
“No existe límite de edad ni condición física para practicar este ejercicio. No es un método para ganar volumen muscular, sino para elongar la musculatura, proporcionando un aspecto más estilizado”, señala Sánchez.
Desde un punto de vista emocional y mental, la práctica de pilates favorece la relajación y la reducción del estrés, aspectos clave para afrontar los cambios hormonales que pueden provocar ansiedad o insomnio. La combinación de respiración consciente y concentración en cada movimiento permite alcanzar un mayor equilibrio y bienestar emocional.
En Quito, diversos centros especializados ofrecen programas de pilates adaptados a mujeres en la menopausia, con ejercicios personalizados según las necesidades individuales. Los expertos recomiendan acudir a instructores certificados para garantizar una práctica segura y efectiva.
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