La resistencia a los antimicrobianos supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial

“Se define resistencia bacteriana cuando una bacteria es resistente a tres antibióticos que deberían ser activos” señala la doctora María Virginia Villegas, médico internista, especialista en infectología, quien advierte además que, la Resistencia Antimicrobiana puede presentarse con mayor frecuencia en mayores de 60 años, donde se conoce que el sistema inmunológico va disminuyendo, así como en pacientes con cáncer; es evidente que la expectativa de vida ha aumentado, por lo tanto, en una población adulta se incrementa la posibilidad de tener problemas cardiacos, pulmonares, lo que hace que consulten con recurrencia hospitales y allí se puede presentar un mayor riesgo de resistencia bacteriana.5

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “la resistencia a los antibióticos es hoy, una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”.6 Según estimaciones de la misma entidad, en el 2019, la RAM en relación con las bacterias causó aproximadamente 1,27 millones de defunciones en ese año.4

A esto se suma que, durante la pandemia se aumentó el uso de antibióticos en los pacientes que llegaban a los servicios de urgencias y se hospitalizaban por la dificultad de hacer una diferenciación entre un proceso bacteriano y uno viral. De igual manera, en ese periodo de tiempo, se acabaron los comités que velan por el buen uso de los antibióticos en prácticamente todos los hospitales, conocido como, el Programa de Optimización de Antimicrobianos, PROA, por la necesidad de evitar el contagio o propagación del COVID-19, indica la doctora Villegas, quien a su vez, recalca que, “los datos del Instituto Nacional de Salud, demuestran claramente que durante y después de la pandemia hubo un aumento de bacterias más resistentes con respecto a los años anteriores”.5 

Teniendo en cuenta lo anterior, el doctor Rafael Ricardo Valdez Vázquez, médico e investigador, especialista en infectología, actual director médico de América Latina para la Unidad de Productos Hospitalarios de Pfizer, afirma que, “hay tres pilares importantes hacia dónde tendrían que dirigirse los esfuerzos para combatir la resistencia bacteriana, el político, enfocado en la regulación de programas de optimización de antimicrobianos; el económico, dónde tendrán que derivarse muchos recursos a la implementación de las acciones; y el social, centrado en la educación; educación para los médicos, prescriptores, y quienes tengan la necesidad de diagnosticar, de manera oportuna las enfermedades infecciosas y, poder establecer de manera clara y cada vez más precisa el antibiótico correcto, la dosis correcta, y el tiempo adecuado, para poder resolver un problema infeccioso y, con esto, evitar el mal uso o abuso de los antimicrobianos”.7

Por otro lado, agrega el doctor Valdez que, este enfoque educativo tiene que dirigirse también, hacia el empoderamiento de los pacientes, se necesita una inversión muy importante en comunicación e información, para que ellos, puedan tener la capacidad de comprender el poder que tienen los antimicrobianos, cuándo son necesarios y cuándo no. Además, es muy importante, la educación hacia la industria agroalimentaria, en dónde se usa un gran número de antimicrobianos, es trascendental la educación hacia todo este sector.7

Es primordial frenar eficazmente la resistencia a los antimicrobianos, por esta razón, todos los sectores deben utilizar con prudencia los antibióticos y adoptar medidas preventivas. Tenga en cuenta, las siguientes acciones dadas por la OMS, que pueden ayudar a reducir la necesidad de antimicrobianos y minimizar la aparición de resistencias:8

Adicionalmente, la doctora María Virginia Villegas, hace una llamado a “no auto medicarse, no vender antibióticos en las farmacias, a menos de que haya una formula médica, porque la mayoría de las infecciones que ocurren en la comunidad son virales, sobre todo, las respiratorias, para lo cual, los antibióticos no funcionan, y esos antibióticos que se toman innecesariamente llegan al tracto gastrointestinal del paciente, donde la microbiota está compuesta de bacterias y al recibir ese antibiótico, básicamente unas se mueren, pero otras, tienen la forma de volverse resistentes”.5

Por otro lado, la especialista en infectología, destaca la importancia de implementar programas educativos, “yo creo que el problema es mucho más educativo a todo nivel, necesitamos entrenar a las personas de la prensa, para que estos mensajes lleguen a la población en general, sin dejar de lado, la educación a los médicos en el buen uso de antibióticos, pues en ocasiones la presión del paciente, hace que muchos formulen antibióticos sin necesidad”.5

Pfizer mantiene su compromiso en afrontar los retos globales de las enfermedades infecciosas a través de una optimización activa, una política global de liderazgo, acceso a herramientas de vigilancia innovadoras y a proporcionar una ayuda a los pacientes con infecciones graves en todo el mundo. El director médico de América Latina para la Unidad de Productos Hospitalarios de Pfizer, anuncia que, “desde hace más de 10 años, Pfizer hizo un compromiso con organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, en pro de la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. A partir de este acuerdo, se han lanzado iniciativas como los programas de uso adecuado de antimicrobianos, mediante mapas o guías de apoyo para los hospitales. En el último año, ayudamos a 54 nuevos hospitales a activar este programa, sumado a otros tantos, que se han ido capacitado y entrenando a lo largo de todo este tiempo”.7

Otra de las acciones que se han realizado, es el programa de vigilancia ATLAS, una plataforma de vigilancia de resistencia antimicrobiana, que abarca 14 años de monitorización bacteriana continua a lo largo de más de 70 países. Pfizer proporciona información de su programa de vigilancia a través de un sitio web disponible gratuitamente para profesionales de la salud, en el que se comparten los datos sobre patrones de resistencia antibiótica, e identifica los cambios en las tasas de resistencia para patógenos locales, regionales y registra la aparición de nuevos patógenos resistentes, permitiendo que, los médicos a través de esta información puedan ir detectando cómo se está moviendo la resistencia a un antimicrobiano específico, y con ello, puedan tomar mejores decisiones, concluye el doctor Rafael Ricardo Valdez Vázquez.7

Aumentar la sensibilización y la comprensión de la resistencia a los antimicrobianos y fomentar mejores prácticas entre todos los públicos involucrados, desempeñan un papel fundamental para reducir la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos en el futuro.4

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