LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LAS TECNOLOGÍAS AVANZADAS SE SUMERGEN EN EL MAR PARA PRESERVAR LOS RECURSOS Y GENERAR CRECIMIENTO ECONÓMICO

Quito, septiembre 2023.- La economía azul tiene como fin promover el crecimiento económico, basado en la preservación de los ecosistemas marinos y la sostenibilidad medioambiental. Es, por lo tanto, un pilar clave para generar conciencia sobre la importancia de los océanos y sus recursos, pues cada año mueve a nivel global entre USD $3 y 6 billones, según datos de las Naciones Unidas.

Esto incluye el empleo y todos los servicios relacionados con el océano y los mares, entre los que se encuentran el transporte marítimo, la pesca, las energías renovables, la construcción de puertos, el turismo costero y las infraestructuras costeras. En Ecuador por ejemplo, la economía azul se encuentra compuesta principalmente por exportaciones de camarón, pescado blanco y atún que representan alrededor del 16% de la canasta de exportaciones. 

Pero además, la economía azul ha cobrado relevancia durante los últimos años por la necesidad de encontrar soluciones sostenibles que puedan preservar los recursos marinos de manera responsable y mantener niveles de producción marítima eficientes. Con este objetivo, Minsait, una compañía de Indra, ha presentado junto a la Fundación Europea para la Innovación y Aplicación de la Tecnología (INTEC) el Informe Economía Azul y Blue Growth 2023, que recoge las tecnologías más importantes para preservar el ámbito marítimo, así como las últimas tendencias para incentivarla.

El documento muestra la importancia de aprovechar el potencial económico de los océanos y sus recursos, promoviendo un enfoque más equilibrado y responsable con el medio ambiente para garantizar su conservación a largo plazo y evitar la sobreexplotación. Para ello, fomenta una gestión consciente de la pesca, el turismo sostenible, la investigación científica y la innovación tecnológica. Señala, que esto es posible gracias al empuje y uso de las tecnologías avanzadas y la Inteligencia Artificial.

En esta línea, es importante recordar que territorios como Ecuador ya emiten bonos azules como instrumentos financieros para recaudar capital para proyectos destinados a conservar y restaurar el océano y aprovechar el potencial de las industrias marinas sostenibles. Por ello es fundamental que en un futuro inmediato se considere y prevea tendencias como el desarrollo de tecnologías avanzadas marítimas, la economía circular en el sector marino, energías renovables oceánicas, digitalización y Big Data en la gestión marina o el desarrollo de turismo sostenible en áreas costeras.

Gran parte de estos avances a considerar  en el país tienen como eje vertebrador la Inteligencia Artificial, que permite el monitoreo y gestión de recursos marinos a través de la recopilación y análisis datos, facilitando una mejor comprensión y gestión de los recursos marinos, la optimización de operaciones acuícolas para mejorar la eficiencia y el impacto ambiental, o el desarrollo de tecnologías marinas inteligentes, como robots submarinos autónomos, sensores avanzados y sistemas de comunicación.

Promover la pesca sostenible y el turismo de calidad

Los océanos cubren más del 70% de la superficie del planeta, con una gran diversidad de recursos naturales. Por eso, una de las áreas clave de la Economía Azul es la pesca sostenible, donde es necesario incentivar modelos de gestión responsable que aseguren la conservación de las poblaciones de peces y su reproducción, gracias a medidas como cuotas y tamaños mínimos de capturas o áreas protegidas para permitir la recuperación de las especies en peligro.

El informe hace hincapié en que se deberá apostar por la conservación de mares sanos y el uso sostenible de los recursos marinos, creando alternativas a los combustibles fósiles y a la producción tradicional de alimentos. Alcanzar los objetivos de neutralidad climática y contaminación cero, particularmente mediante el desarrollo de energía marina renovable, la descarbonización del transporte marítimo y la ecologización de los puertos. Y para ello es necesario culminar la transición hacia una economía circular y reducir la contaminación, así como preservar la biodiversidad e invertir en la naturaleza: la Estrategia sobre la Biodiversidad establece el objetivo de proteger el 30% de las áreas marinas de la UE con el fin de evitar la pérdida de los ecosistemas marinos. Y uno de los objetivos que se muestra prioritario en el informe es el de favorecer la adaptación al cambio climático y la resiliencia de las costas: actividades de adaptación, como el desarrollo de infraestructuras ecológicas en las zonas costeras y la protección de las costas frente al riesgo de erosión e inundaciones, contribuirán a preservar la biodiversidad y los paisajes, con los consecuentes beneficios para el turismo y la economía.

Gracias a la implantación de medidas y herramientas tecnológicas para la consecución de una pesca sostenible, como son los algoritmos de aprendizaje automático que identifican patrones de pesca ilegal o la automatización de diversos procesos marítimos con IA, la recuperación de las poblaciones afectadas por la pesca excesiva podría incrementar la producción en 16,5 millones de toneladas, lo que contribuiría a una mayor seguridad alimentaria y al bienestar de las comunidades costeras.

Tal y como refleja el Informe Economía Azul y Blue Growth 2023 de Minsait e INTEC, la Economía Azul supone el 1,5% del PIB de la UE, abarcando también sectores como el turismo costero y marítimo. En este sentido, los ecosistemas marinos saludables y bien conservados son atractivos para los turistas, lo que también genera oportunidades para los destinos, proporcionando empleo y crecimiento económico sin poner en peligro la integridad de los ecosistemas.

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