En conmemoración del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, enfatizamos la urgente necesidad de abordar las desigualdades persistentes que afectan la salud de las mujeres en todo el mundo. A pesar de representar más de la mitad de la población mundial y ser las principales responsables de las decisiones médicas familiares, las mujeres enfrentan obstáculos significativos en el acceso a servicios de salud adecuados y oportunos.
Un reciente informe elaborado en 2023 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) destaca que las mujeres dedican entre 22,1 y 42,8 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidado, una carga que limita su tiempo para el autocuidado y tiene un impacto directo en su bienestar físico y mental. Los hombres por su lado dedican entre 6,7 y 19,8 horas al trabajo doméstico. La sobrecarga de responsabilidades y la falta de tiempo no solo acentúan las desigualdades en salud, sino que también comprometen la calidad de vida de las mujeres a largo plazo.
Las enfermedades como la depresión, osteoporosis y Alzheimer afectan desproporcionadamente a las mujeres, quienes, a pesar de ser más susceptibles, frecuentemente relegan su propia salud. Además, condiciones como la menopausia y la endometriosis continúan siendo grandes desafíos que requieren atención médica especializada y tratamientos adaptados que muchas veces no son accesibles ni adecuados.
En este contexto, la Industria Farmacéutica de Investigación (IFI) en Ecuador y sus empresas asociadas están comprometidas a impulsar en colaboración con el resto de actores del ecosistema de salud en el país la transformación hacia un sistema de salud más inclusivo y equitativo. “Mediante la innovación y la inversión en áreas de alta necesidad para las mujeres, la IFI busca mejorar las políticas de salud, ampliar el acceso a medicamentos y fortalecer la equidad e inclusión en los estudios clínicos”, enfatiza, Álvaro Maldonado, Presidente Ejecutivo de IFI
El estudio “Proyecto X” presentado en 2023 reveló que las mujeres ecuatorianas tienen poca confianza en el sistema de salud. Según el informe, el 72% de las mujeres enfrenta dificultades para conseguir una cita médica, atribuibles principalmente a la falta de recursos económicos. Además, la carga de las responsabilidades domésticas y la falta de tiempo son factores que también impiden su acceso a los servicios de salud.
La investigación revela que el 65% de las mujeres reporta que sus quejas y dolores son frecuentemente desestimados por los profesionales médicos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la calidad del diagnóstico y tratamiento que reciben.
Adicionalmente, la situación para las jóvenes es especialmente alarmante, dado que el 50% de las niñas y adolescentes se ve obligada a interrumpir sus tratamientos médicos debido tanto a la falta de medicamentos como a la incapacidad económica de sus familias para costear los tratamientos necesarios. Este panorama subraya la urgencia de que autoridades y organizaciones pertinentes implementen medidas efectivas para eliminar las barreras que impiden un acceso equitativo y justo a los servicios de salud para este grupo vulnerable.
A nivel mundial, la subrepresentación de las mujeres en ensayos clínicos ha sido un problema persistente. Es crucial cerrar esta brecha para garantizar que los tratamientos sean efectivos y seguros para todas, considerando las diferencias biológicas y de género que pueden influir en cómo las enfermedades afectan a las mujeres y cómo responden a los medicamentos, recalca Maldonado.
Ante esta realidad, las empresas asociadas a IFI están enfocadas en fomentar la investigación clínica en el Ecuador y la generación de las condiciones necesarias para aprovechar oportunidades que pueden marcar una diferencia en la vida de las mujeres, apoyando la mejora de las políticas de salud pública, sensibilizando sobre los desafíos específicos que enfrentan las mujeres en salud, y contribuyendo a ampliar el acceso a medicamentos y atención médica de calidad. Este enfoque integral busca responder de manera más efectiva a las necesidades de las mujeres y contribuir a sistemas de salud más robustos e inclusivos, reduciendo así la brecha de género en salud y promoviendo un mayor bienestar para toda la sociedad.
El Sector Salud tiene la oportunidad y la responsabilidad de responder a las necesidades específicas de las mujeres para reducir la brecha de género en salud. Solo así podemos asegurar que todas las mujeres, independientemente de su rol o las cargas que enfrenten, tengan acceso a los cuidados que merecen, finaliza.