Conozca para qué sirve, cómo funciona y qué diagnóstica
El próximo 14 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Espirometría, una fecha promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para sensibilizar sobre la importancia de la salud pulmonar y la prevención de enfermedades respiratorias, que afectan a millones de personas en todo el mundo.
La espirometría es una prueba clave para medir la función pulmonar, evaluando la cantidad de aire que una persona puede inhalar y exhalar, así como la rapidez con que lo hace. Este examen proporciona datos esenciales sobre la capacidad y eficiencia respiratoria, fundamentales para detectar problemas en los pulmones. En condiciones normales, los pulmones deben movilizar más del 80% de su capacidad en el primer segundo de la exhalación, considerando factores como la edad, estatura y género.
Recomendaciones para una espirometría adecuada
Antes de realizarse una espirometría, es importante seguir una serie de recomendaciones: no fumar al menos una hora antes del examen, evitar el consumo de alcohol y café el mismo día, no comer en exceso para no afectar la respiración, y usar ropa cómoda que no restrinja la respiración. Además, en algunos casos, el médico podría sugerir evitar ciertos medicamentos, como los inhaladores, antes de la prueba.
El procedimiento se realiza con el paciente sentado, quien debe respirar a través de una boquilla conectada a un espirómetro. Este aparato mide el volumen y la velocidad del aire que el paciente inhala y exhala durante un período determinado. En algunos casos, las mediciones pueden variar ligeramente si el paciente está de pie, pero generalmente el procedimiento sentado es estándar.
El Dr. Efraín Sánchez, neumólogo y director del Centro de Investigación Respiratoria (CIR), subraya la relevancia de este estudio para el diagnóstico y control de enfermedades crónicas como el asma y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). “La espirometría es un examen no invasivo, rápido e indoloro que nos permite medir la capacidad pulmonar y la velocidad del flujo respiratorio. Suele durar aproximadamente 30 minutos, dependiendo del número de veces que el paciente necesite realizar la prueba”, explicó el especialista.
La espirometría es crucial en diversas situaciones, tales como:
Evaluación de síntomas respiratorios como tos persistente, sibilancias o dificultad para respirar.
Monitoreo de tratamientos en pacientes con enfermedades respiratorias.
Diagnóstico y seguimiento de afecciones crónicas como el asma o la fibrosis pulmonar.
Evaluación de fumadores o exfumadores, y de personas expuestas a sustancias nocivas en sectores industriales.
Evaluación preoperatoria en pacientes que requieran intervenciones quirúrgicas.
Principales Mediciones de la Espirometría
Capacidad Vital Forzada (FVC): Es la cantidad máxima de aire que una persona puede exhalar después de una inhalación profunda. Valores por debajo de lo normal pueden indicar restricción respiratoria.
Volumen Espiratorio Forzado en el Primer Segundo (FEV1): Mide la cantidad de aire que se puede expulsar en un segundo. Lecturas bajas pueden señalar obstrucciones en las vías respiratorias.
La espirometría es un examen esencial para quienes presentan factores de riesgo o síntomas respiratorios. Consultar a un especialista de manera oportuna es clave para obtener un diagnóstico adecuado y empezar el tratamiento necesario. Las enfermedades respiratorias deben ser gestionadas por un neumólogo, especialista en el sistema respiratorio.
En el Centro de Investigación Respiratoria (CIR), contamos con la tecnología más avanzada y un equipo altamente calificado y certificado internacionalmente para ofrecer una atención de calidad y mejorar la salud pulmonar de nuestros pacientes.
