A la hora de tener relaciones sexuales los estereotipos de belleza que existen hoy en día en la sociedad moderna pueden ser causa de inseguridades personales que nos impidan disfrutar plenamente de nuestra sexualidad.
Los cuerpos delgados perfectamente depilados, los senos grandes y labios voluminosos que no paramos de ver en medios publicitarios, series o películas, pueden hacer que perdamos la confianza en nosotros mismos y hasta echarnos atrás ante un posible encuentro sexual.
Lo mismo ocurre con la pornografía que consumen actualmente los adolescentes, con estándares exagerados sobre los encuentros sexuales, que llevan a distorsionar la realidad y crean un concepto equivocado de la vida sexual. También con las prepagos en Quito, detrás de esos cuerpos esculpidos hay muchas sesiones de belleza y cuidado del cuerpo por parte de estas damas de compañía.
Principales inseguridades sexuales
Tanto hombres como mujeres han sufrido alguna vez algún tipo de inseguridad sexual. Las que se refieren a las mujeres son mayoritariamente físicas, ya que el cuerpo de la mujer siempre ha estado más ligado a estereotipos que los hombres. Mientras que la de los hombres se centra principalmente en el tamaño del pene, la duración del coito y la capacidad para mantener varios encuentros en una misma cita.
Veamos, a continuación, algunas de estas inseguridades.
Depilarse. Si echamos la vista atrás seguro que muchas mujeres recuerdan alguna cita que no ha terminado en la cama porque no habían tenido la ocasión de depilarse la zona íntima, las axilas o las piernas. Es con el paso de los años y cuando ya se tiene una pareja estable, cuando menos importancia le damos a este aspecto. Sin embargo, las damas de compañía bolivianas o si tienes una primera cita con una mujer se suele cumplir este estándar de higiene.
Ruidos y gemidos. Cuesta ver en televisión una escena de sexo en la que los protagonistas no griten y realicen infinidad de gemidos de placer y eso ha llevado a la idea equívoca de que cuanto más se chilla mayor es el placer. Es cierto que expresarse puede ayudar a nuestra pareja a saber si va o no va por buen camino, pero ¿es posible que alguna vez hayas sobreactuado? No es necesario.
Moverse adecuadamente. Si hay deseo y pasión lo mejor es dejarse llevar y liberar la mente. Si estamos pensando durante el encuentro sexual si lo estamos haciendo bien o mal, lo más seguro es que no disfrutes de la experiencia y además se note esa inseguridad.
Sentir vergüenza de nuestro cuerpo. Muchas personas solo son capaces de desnudarse si están las luces apagadas y la estancia completamente oscura. Pero esta inseguridad solo hace que nos perdamos parte del espectáculo. Si ya has llegado hasta ahí, la persona con la que estés no le importe el tamaño de tu cuerpo, seguramente lo único que quiere es disfrutar y darte placer.
Hablar de sexo. No siempre es fácil tener una conversación sincera de sexo, ni con la pareja ni en grupos de amigos. A veces las comparaciones son odiosas y salirnos de la norma puede hacer sentirnos inseguros a la hora de compartir nuestras experiencias. Sin embargo, cuando se trata de una relación de pareja, es vital hablar con ella abiertamente sobre tus preferencias, gustos o fantasías que te gustaría llevar a cabo.
Negarse a hacer determinadas posturas. El sexo oral y el sexo anal, los servicios mas solicitados según datos de Simple Escorts, siempre han sido temas muy controvertidos. La mayoría de las mujeres realizan estas prácticas, incluso en las primeras citas, para que no las tachen de estrechas. Pero el sexo es sinónimo de libertad y si hay algo que no queramos hacer por el motivo que sea no tenemos por qué practicarlo por sentirnos obligadas.
La clave para superar éstas y otras inseguridades estará siempre en la comunicación. Si en lugar de dar a conocer nuestros logros somos capaces de compartir nuestras experiencias e inseguridades, hablar y tener una vida sexual sana será más fácil.